

MANCHA Y GATO El 24 de abril de 1925 se inició en Buenos Aires una de las travesías más famosas del siglo. Dos caballos criollos, Mancha y Gato, guiados por el profesor suizo Aimé Tschiffel recorrieron los 21500 Km (4300 leguas) que separan a la ciudad de Buenos Aires de Nueva York y conquistaron el récord mundial de distancia y altura, al alcanzar 5900 m. s. n. m. en el paso El Cóndor, entre Potosí y Chaliapata (Bolivia). El viaje se desarrolló en 504 etapas con un promedio de 46,2 Km por día. Los caballos, animales tehuelches comprados al cacique Liempichín en el chubut por Emilio Solanet, a la avanzada edad de 18 años, probaron que la raza criolla tiene ejemplares insuperables para los trabajos de campos y para la guerra, rudos oficios donde las líneas elegantes son inútiles.Durante el viaje cruzaron varias veces la Cordillera de los Andes, y fue en esos cruces donde mayores dificultades encontraron. El escabroso terreno se eleva a más de 5500 m y la temperatura llega a 18° bajo cero. El diario La Nación, junto a otros medios, siguió desde sus páginas al valiente aventurero y sus caballos. Algunas de las líneas decían así: "En Huarmey el guía no pudo más, ni sus bestias. Los dos criollos Mancha y Gato se revolcaron, tomaron agua y después se volcaron al pasto con apetitos de leones. De Huarmey a Casma, 30 leguas, calores colosales…¡52 grados a la sombra!… sin agua, ni forraje, arena, arena, arena. Los cascos se hundían permanentemente de 6 a 15 pulgadas en la arena candente…". Y en la editorial del 23 de septiembre de 1928 quedó patentado el logro: después de más de tres años y cinco meses, Aimé montado en Mancha, su fiel compañero (Gato tuvo que quedarse en la Ciudad de México al ser lastimado por la coz de una mula), logró la hazaña: "Al llegar a la Quinta Avenida de Nueva York llevaba en los cascos de su caballo criollo el polvo de veinte naciones atravesadas de punta a punta, en un trayecto más largo y rudo que el de ningún conquistador, y sobre su pecho, en moño blanco y celeste, bien ganados como una condecoración, los colores argentinos".
Y por ello el Honorable Senado de la Nación Argentina y la Cámara de Diputados, designa el día 20 de septiembre de cada año como el "Día Nacional del Caballo", a través de ley Nº25.125, sancionada el 4 de Agosto de 1999 y Promulgada el 6 de Septiembre de 1999.
Es una iniciativa de la Federación Ecuestre Argentina; se reconoce así la importancia de este animal en la historia del país.En homenaje a la participación del equino en la organización histórica y económica, y en la vida deportiva de la Argentina, se conmemorará a partir de hoy el Día Nacional del Caballo.Se trata de una iniciativa propuesta por la Federación Ecuestre Argentina, que se encuentra aún en tratamiento legislativo y que centra el festejo en esta fecha en recuerdo de la llegada de Aimé Félix Tschiffely a Nueva York.Este jinete suizo realizó un intenso itinerario por la geografía americana, en un recorrido que se prolongó desde abril de 1925 hasta septiembre de 1928 y que le permitió demostrar la resistencia de los caballos criollos.Aquellos dos fieles equinos, Gato y Mancha, que hoy descansan en la estancia El Cardal junto a los restos del andariego profesor extranjero que los llevó por horizontes lejanos a la Argentina, son un símbolo de la entrega y la fidelidad del caballo a las causas nobles que hicieron historia...
ORACIÓN DEL CABALLO
Nuestro humilde Homenaje a seres tan nobles y tan castigados por el hombre, en nombre de la Tradición, el Deporte, y el Trabajo.